Celebró la Hermandad Universitaria la fiesta de su titular, el Santo Doctor Tomás de Aquino, con las precauciones establecidas a causa de la pandemia de coronavirus. Por acuerdo de la Junta de Gobierno, de 22 de enero de 2021, se adelantó la hora de la Santa Misa a las seis de la tarde, de modo que los hermanos pudieran volver con tiempo a sus casas antes de las ocho, hora de recogida recomendada por las autoridades. Igualmente, se colocó este año el cuadro de Santo Tomás en el altar de la capilla, sencillamente adornado, para evitar que los priostes formaran grupo.

Presidió la acción litúrgica nuestro consiliario, D. Fernando Cruz-Conde y Suárez de Tangil, acompañando de acólitos NN. HH. José Cabrera y Daniel Luque. Hizo la lectura y salmo N. H. Miguel Rodríguez-Pantoja Márquez y la pública protestación de fe, el hermano mayor, Alberto Villar.

En la homilía recordó D. Fernando la necesidad de unir fe y razón, que es la gran enseñanza de Santo Tomás de Aquino. Hoy vivimos en un mundo en que se prima la razón y se aparta la fe, pero, como decía San Vicente de Paúl, la soberbia del hombre genera lujuria. En efecto, una razón sin el sustento de la fe genera aberraciones, como las que sufrimos en el mundo actual, donde se distingue entre persona y ser humano, privando del derecho a la vida a los que no son considerados personas, por ejemplo, los no nacidos o los ancianos dependientes. En Universidades muy renombradas de los Estados Unidos, no falta el profesor que justifique, desde un punto de vista científico, la relación sexual con animales o máquinas, o la eliminación por eutanasia de los enfermos que no pueden valerse por sí mismo. El ser humano ha pasado a ser un número dentro de los mecanismos económicos. Se ha sustituido la santidad de vida por la calidad de vida. Se ha querido eliminar el dolor en una sociedad que olvida lo que afirmaba Santo Tomás: que toda su sabiduría la había conseguido de rodillas ante la cruz.

La cruz es el signo mayor del amor de Dios. Sobre la cruz y lo que significa su mensaje se ha construido la cultura occidental, que es la que ahora se pretende destruir, magnificando la razón y excluyendo la fe. El amor es entrega y ello lleva aparejado la cruz, el sacrificio. El esposo y la esposa se entregan mutuamente y entregan su vida cada día por los hijos. Las personas de vida consagrada, renuncian al mundo o entregan su vida a los demás. Y en esa entrega es donde encuentra Tomás de Aquino la verdadera Sabiduría.

Acompañó al órgano Clemente Mata, que interpretó Tocata en Re menor, Canzona en Sol menor, A la Elevación y Versos I, II, III y IV, de Domenico Zipoli (1688-1726), formado con Alessandro Scarlatti, organista del Gesú en Roma, que ingresó en el noviciado jesuita de Sevilla en 1716, para incardinarse como profeso en la provincia del Paraguay, donde murió en la misión de Santa Catalina, en la actual Córdoba, Argentina. Es considerado el mejor compositor europeo del periodo colonial en América. Laus Deo.