PEREGRINACIÓN DEL AÑO JUBILAR DE SAN JUAN DE ÁVILA, DOCTOR DE LA IGLESIA
La Hermandad Universitaria peregrinó a Montilla el 26 de enero de 2013, con objeto de venerar las reliquias de San Juan de Ávila, Doctor de la Iglesia Universal, y obtener los beneficios espirituales concedidos por el Papa en el Año Jubilar declarado con motivo de su doctorado. Los hermanos se reunieron a las 9:00 h en la glorieta de la Media Luna, de donde partieron en vehículos particulares una vez rezadas las preces, que dirigió el Hermano Mayor, Miguel Rodríguez-Pantoja Márquez. A través de la espesa niebla que ocultaba el paisaje urbano de Córdoba y el rural de la Campiña, llegaron a Montilla a las 9:40. Tras una breve parada en Las Camachas, lugar previsto de concentración en torno a una taza de café, a las 10:00 en punto llegaron al paseo de Cervantes, donde esperaba la guía Inmaculada Luque, para iniciar la Ruta Avilista. Tras la explicación del entorno en el Llano de Palacio, se dirigieron los hermanos al monasterio de Santa Clara, donde visitaron
la iglesia conventual, dirigiéndose a continuación a la Casa de San Juan de Ávila, donde recibieron también las explicaciones de Francisco Almedina, antiguo alumno de algunos profesores que peregrinaban y padre del Rector de la Basílica, D. José Almedina Polonio. Seguidamente visitaron la Casa del Inca Garcilaso y a las 12:30 entraron en la Basílica de San Juan de Ávila para venerar las reliquias y ganar el jubileo.
La Santa Misa del Peregrino fue oficiada por el P. Jerónimo Fernández Torres, Vicerrector de la Basílica Pontificia de San Juan de Ávila. Al comienzo del acto litúrgico dio la bienvenida a los peregrinos de la Hermandad Universitaria y de otras hermandades e institutos de distintos puntos de España. En la homilía glosó la figura de San Juan de Ávila, que siendo rico se hizo pobre, como Cristo. Una vez terminados brillantemente sus estudios, tomó el estado sacerdotal, pero renunció a su vocación de misionero en América por obediencia al arzobispo de Sevilla, que le encargó la nueva evangelización de Andalucía. El maestro Ávila, al que acuden sacerdotes y nobles, lo mismo que personas humildes, mantuvo siempre una extraordinaria actitud de servicio, confirmándola con sus dos amores radicales. La Eucaristía y Cristo Crucificado. Ante la primera podía prolongar largas horas su oración; el segundo representa el precio de nuestra salvación. Los cristianos no adoramos a un Dios blando, sino a un Dios que se hace hombre, en todo como nosotros, que sufre por nosotros muerte de cruz. El celebrante concluyó con estas palabras: “sobre todo, no olvidemos nunca que somos discípulos de Jesús Crucificado y seguir a Cristo significa seguirlo con todas las consecuencias, en la alegría y en las penas, en los momentos de gozo y también en los momentos de cruz. Que San Juan de Ávila edifique vuestros corazones en el amor de Dios y nos conceda ante todo el deseo y la fuerza para seguir a Cristo”. Al término de la Eucaristía el sacerdote dirigió la Oración por el año jubilar y dio a besar la reliquia del Maestro Doctor.
Tras el almuerzo previsto en el restaurante El Quijote, se dirigieron de nuevo los hermanos al monasterio de Santa Clara para visitar la clausura, en la que se conserva la habitación de la fundadora y numerosas obras artísticas, entra las que destacan la talla de San Juan Evangelista, de Roldán, y el lienzo de la Santísima Trinidad, de Valdés Leal. Terminó la jornada con la visita al Museo Garnelo, cuyos contenidos fueron expuestos por su director, José Antonio Cerezo. Finalmente los hermanos se despidieron en el Paseo de Cervantes, donde habían comenzado, rezando el Padrenuestro, Avemaría y Gloria por las intenciones del Papa, preceptivo para ganar el jubileo. A las 21:00 h, de acuerdo con el programa, hacían su entrada felizmente en Córdoba. Laus Deo.