LA HERMANDAD CON SAN RAFAEL

En contadas ocasiones se ha sacado en procesión la venerada imagen del Arcángel San Rafael, Custodio de Córdoba según juramento que le hiciera al venerable P. Andrés de las Roelas el 7 de mayo de 1578. La última vez que Córdoba lo vio en sus calles fue en 1945. En esta ocasión ha sido el obispo diocesano, D. Demetrio Fernández González, quien solicitó a la Ilustre Hermandad de San Rafael que lo llevara a la Catedral para que presidiera desde su altar mayor la solemne liturgia de apertura en Córdoba del Año de la Fe. Los actos se han articulado en un Solemne Octavario, con dos procesiones, la de traslado a la Catedral, el 20 de octubre de 2012, y la Solemne Procesión General Extraordinaria, desde la Catedral a la iglesia del Juramento, precedida del pontifical que presidió el Sr. Obispo.

La Hermandad Universitaria, que reside en la iglesia del Juramento de San Rafael, ha correspondido a la fraternal invitación de la Ilustre Hermandad del Santo Arcángel Custodio para participar en estos actos. Comenzaron con la Exaltación a San Rafael, leída por el ilustre poeta y académico D. Pablo García Baena, el viernes 19 de octubre. Asistió al acto en representación de la Hermandad Universitaria N. H. Alberto Villar Movellán, Vicehermano Mayor.

El sábado, 20 de octubre de 2012, tuvo lugar la salida procesional de traslado, con gran solemnidad, resaltada por los numerosos altares elevados a su paso y la estación ante el Santísimo y las Reliquias de los Santos Mártires en la Basílica Menor de San Pedro Apóstol, donde hizo los honores la Hermandad de la Misericordia. Salió del Juramento a las 18:45, hizo estación en San Pedro a las 21:15 y entró en la Catedral pasada la media noche. Asistió el Alcalde del Excmo. Ayuntamiento de Córdoba y el Presidente de la Agrupación de Cofradías de Córdoba, que formaron presidencia con el Hermano Mayor, D. Julián Hurtado de Molina, y el Rector del Juramento, Ilmo. Sr. D. Fernando Cruz-Conde y Suárez de Tangil. La Hermandad Universitaria estuvo representada por nueve hermanos, encabezados por el Vicehermano Mayor, con bandera, tres varas y cinco hachetas.

Tras el triduo celebrado en la Catedral, regresó San Rafael a su templo en la Procesión General Extraordinaria, que tuvo lugar el día de su festividad, 24 de octubre de 2012. Comenzó la jornada con la Solemne Misa de Pontifical, presidida por el Sr. Obispo, a las 10:00 horas, con la que quedó oficialmente abierto en Córdoba el Año de la Fe. A las 11:30 hizo su salida la procesión, en la que participaron numerosas hermandades y representaciones civiles y militares. La representación de la Hermandad Universitaria estuvo encabezada por el Hermano Mayor, Miguel Rodríguez-Pantoja Márquez, y compuesta por bandera, tres varas y dos hachetas. Con gran solemnidad hizo estación el Santo Arcángel en la iglesia de La Compañía y ante el altar instalado en la calle Capitulares, con la imagen de San Pablo, donde recibieron las hermandades de la Real Iglesia de San Pablo, se despidieron oficialmente las representaciones y recibió la de San Rafael el diploma del Excmo. Ayuntamiento en memoria del acuerdo plenario de 1971 que nombró a San Rafael Regidor Perpetuo de la Ciudad. La Hermandad Universitaria, junto con las de la parroquia de San Lorenzo, a cuya collación pertenece el Juramento, acompañó a la Ilustre Hermandad de San Rafael hasta su casa, a la que llegó al filo de las 15:15 h. En ella fueron cumplimentadas las representaciones por el Hermano Mayor del Custodio, concluyendo el acto con la entronización del paso en el presbiterio y las preces dirigidas por D. Fernando Cruz-Conde. Laus Deo.

LA HERMANDAD EN EL DOCTORADO DEL MAESTRO ÁVILA

Con gran júbilo ha recibido la Hermandad Universitaria la declaración como Doctor de la Iglesia Universal de San Juan de Ávila (1500-1569). Ligada su vida a la Diócesis de Córdoba, entonces perteneciente al Arzobispado de Toledo, fue incansable predicador del Evangelio, mentor de las orientaciones para implantar la doctrina de Trento y fundador de numerosos colegios y universidades por toda Andalucía. El mismo día de su proclamación pontificia, 7 de octubre de 2012, la Hermandad participó en la Santa Misa dominical en la iglesia del Juramento, con una extensa monición en que se relataban las biografías de los dos nuevos doctores, el Maestro San Juan de Ávila y la Abadesa Santa Hildegarda de Bingen.

El jueves día 11 de octubre, con ocasión de la apertura del Año de la Fe, se celebró en la iglesia del Juramento una Jornada de Oración, promovida por el Rector, I. S. D. Fernando Cruz-Conde y Suárez de Tangil. Durante todo el día, a partir de las 8:00 h. estuvo expuesto el Santísimo a la adoración de los fieles. La Hermandad estuvo representada en la Santa Misa de las 11:00 h. y tomó a su cargo la Hora Santa, a las 20:00 h., con asistencia de numerosos hermanos. En ella se rezó el Ejercicio de las Cinco Llagas y la Oración Eucarística, con la Letanía de la Hermandad, en la que se incluyeron por vez primera las advocaciones de San Juan de Ávila y Santa Hildegarda de Bingen.

Finalmente, el domingo 14 de octubre, la Hermandad acudió corporativamente con todas las Hermandades a la convocatoria del Sr. Obispo para recibir la reliquia de San Juan de Ávila en la Torre de la Calahorra y trasladarla solemnemente a la Santa Iglesia Catedral, donde, las 12:00 h., se celebró el pontifical presidido por el Obispo Diocesano D. Demetrio Fernández González, en acción de gracias por el otorgamiento del Doctorado. Encabezó la representación el Hermano Mayor, Miguel Rodríguez-Pantoja Márquez, al que acompañaban doce hermanos. En el presbiterio de la Catedral se dispusieron el relicario con el corazón del Santo Doctor, procedente de su basílica en Montilla y la nueva imagen del Santo Maestro, realizada por Marco Augusto Dueñas. Una reproducción de la misma a escala reducida le fue regalada al Santo Padre por nuestro Obispo el día de la proclamación, junto con la cruz pectoral diseñada por Ana Infante, en presencia del escultor Dueñas y del Rector de la Basílica de San Juan de Ávila, R. P. D. José Almedina Polonio.

NUEVOS DOCTORES DE LA IGLESIA

El domingo 7 de octubre de 2012 ha proclamado Su Santidad el Papa Benedicto XVI dos nuevos Doctores de la Iglesia Universal, San Juan de Ávila y Santa Hildegarda de Bingen. La Hermandad Universitaria, en el transcurso de la Misa de Hermandad de este primer domingo de octubre, presidida por el M. I. Sr. D. Fernando Cruz-Conde y Suárez de Tangil, se ha unido a la alegría de toda la Iglesia, recordando las virtudes de los dos grandes santos en la monición de entrada.

San Juan de Ávila (Almodóvar del Campo, Ciudad Real, 1500-Montilla, Córdoba, 1569), hijo de rica familia, inició estudios de Derecho en Salamanca y terminó los de Teología en Alcalá de Henares (1520-1526). Se ordenó recién fallecidos sus padres, vendiendo a continuación su copiosa herencia para dar el dinero a los pobres. En Sevilla, a donde marchó con idea de embarcar para América, el arzobispo Alonso Manrique le encomendó que se dedicara más bien a evangelizar Andalucía, misión que cumplió con enorme eficacia a lo largo de su vida restante, por lo que se le ha llamado justamente “Apóstol de Andalucía”.

Acusado de erasmismo, estuvo tres años preso en la cárcel de la Inquisición en Sevilla, tiempo que aprovechó para escribir su obra más conocida, el comentario del salmo 44, Audi, filia, libro del que arranca toda la literatura ascética del siglo XVI.El Padre Ávila corrigió el libro de la Vida, de Santa Teresa de Jesús, y recibió consultas de San Ignacio de Loyola, San Pedro de Alcántara, San Juan de Ribera y Fray Luis de Granada. Él impulsó la conversión de San Francisco de Borja y San Juan de Dios. En 1535 le encargó el obispo de Córdoba fray Juan Álvarez de Toledo la predicación por la Sierra de Córdoba, donde convirtió a muchos. A ruego del obispo Cristóbal de Rojas y Sandoval, escribió las Advertencias al Concilio de Toledo, que sirvieron de pauta para la implantación de la doctrina de Trento en España. Colaboró en la fundación de numerosos colegios de los jesuitas y organizó la Universidad de Baeza. A pesar de su enfermedad, siguió trabajando en Montilla los últimos quince años de su vida. Su primera biografía la redactó su discípulo fray Luis de Granada, en 1588. Fue beatificado por el Papa León XIII en 1894. Pío XII lo declaró patrón del clero secular español en 1946. Pablo VI lo declaró Santo en 1970 y Benedicto XVI lo ha proclamado doctor de la Iglesia Universal.

 Santa Hildegarda de Bingen (Bermersheim, Renania-Palatinado, 1098-Bingen, 1179), décima hija de Hildebert y Metchtild de Bermersheim, nobles alemanes que la ofrecieron como diezmo a la iglesia, se formó con Jutta von Spanheim en latín, música y Sagrada Escritura. Desde los tres años, Hildegarda tenía visiones, que serían una constante durante su larga vida, aunque siempre fueron experiencias conscientes, sin llegar al éxtasis. A los catorce años se trasladó con su maestra al monasterio de Disibodenberg, de monjes benedictinos, donde formaron una clausura femenina anexa. A la muerte de Jutta, en 1136, Hildegarda fue elegida abadesa.

En 1141 le sobrevinieron numerosas visiones y le ordenaron ponerlas por escrito, de donde surge su primer libro, Scivias (Conocer los caminos del Señor). Sus dudas sobre la necesidad de escribirlas motivaron una consulta a San Bernardo de Claraval, que le invitó a reconocer su don como una gracia. El Papa Eugenio III, discípulo de San Bernardo, dio lectura a parte del Scivias ante los padres del Sínodo de Tréveris, en 1147-48. Desde ese momento se convirtió la abadesa en consultora de numerosas personalidades, entre ellas los emperadores Conrado III y Federico I Barbarroja, los papas Eugenio III, Anastasio IV, Adriano IV y Alejandro III y los reyes de Inglaterra, Enrique II y Leonor de Aquitania. Esta capacidad de asesorar le valió el sobrenombre de Sibila del Rin.

A partir de 1148 funda el monasterio de benedictinas de Rupertsberg, cerca de Bingen y comienza su etapa más fructífera. Más de 70 piezas musicales, reunidas en la Symphonia armonie caelestium revelationum y el auto sacramental cantado Ordo virtutum; su tratado de medicina, Libro de las propiedades naturales de las cosas creadas, y Lingua Ignota, en que desarrolla un idioma artificial configurado por un alfabeto de 23 letras y un cuerpo de 1.000 palabras, que le ha valido el patronato de los esperantistas. Dos magnas obras teológicas Libro de los méritos de la vida y Libro de las Obras divinas, junto con las vidas de San Disibodo y San Ruperto, completan sus escritos Hace cuatro grandes viajes (1158-1171), predicando en iglesias, abadías y catedrales alemanas contra la corrupción del clero y contra la herejía de los cátaros. Fue la única mujer a la que la Iglesia permitió predicar.

Destruidas sus fundaciones, sus restos mortales se conservan actualmente en la parroquia de Eibingen. En 1940 se aprobó su culto para las iglesias locales; Juan Pablo II la llamó profetisa y santa y Benedicto XVI en 2012 extendió su culto a toda la Iglesia, mediante canonización equivalente, (10 de mayo) y la declaró Doctora de la Iglesia Universal (7 de octubre). Laus Deo.