FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE LA PRESENTACIÓN
Celebró la Hermandad Universitaria la Fiesta de Regla de Nuestra Señora de la Presentación, como dispone el Estatuto, el 21 de noviembre de 2015. Este año ha coincidido con la Solemnidad de Cristo Rey. Presidió la ceremonia el M. I. S. D. Fernando Cruz-Conde y Suárez de Tangil, Arcediano del Cabildo Catedralicio, Rector del Juramento de San Rafael y Consiliario de la Hermandad, que estuvo auxiliado por el equipo de acólitos compuesto por seminaristas del Redemptoris Mater y los hermanos de la Universitaria, Juan Carlos Jiménez Díaz, Secretario, Javier Núñez Vargas y Guillermo L. López Merino. La música estuvo a cargo de Clemente Mata, organista titular de la Catedral de Córdoba, que interpretó en el gran órgano Pilat, recientemente restaurado bajo su dirección, piezas de Lecot, Frisina, Haendel, Stanley e Iruarrizaga, con las voces de María Dolores Molina, soprano y Maite Jiménez, contralto.
La mesa de la Hermandad estuvo presidida por el Hermano Mayor, Miguel Rodríguez-Pantoja Márquez, acompañado por Mario Jiménez García, Vocal de Acción de Caridad de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba, y Eduardo Rodrigo Hidalgo Martínez, Vicesecretario de la Hermandad.
Comenzaron los cultos con el Ejercicio de los Siete Dolores de Nuestra Señora, que la Hermandad conmemora entre los días 21 y 27 de noviembre, rezando cada día uno de los dolores. Hizo la monición de esta plegaria N. H. Alberto Villar Movellán, que dirigió seguidamente las oraciones correspondientes al primer dolor de María, la Presentación de Jesús en el Templo, con la profecía del anciano Simeón. A continuación tuvo lugar la Solemne Eucaristía, iniciada con la procesión e incensación del altar y del retablo de Nuestra Señora de la Presentación, constituido, como el año precedente, por el dosel negro, seis luces apostólicas y veintiséis doctorales, con un cojín de lirios morados, todo sobre una mesa guarnecida con damascos en los colores vaticanos. La Virgen presidía vestida con el traje de su fiesta, de mangas de pico y adornos plateados.
Don Fernando destacó en la homilía el significado de la Presentación de Nuestra Señora, como ofrecimiento a Dios desde pequeña. Siempre unida con el Señor, comienza desde pronto sus dolores, con la Presentación de Jesús al Templo, derivados de su maternidad divina, que la harán sufrir su propia Pasión, paralela y enlazada con la de su Hijo. En la cruz, Cristo la entregará a Juan como Madre y, por él, a todos los humanos y, tras su etapa terrenal, la ensalzará como Reina, antes que nada, de los mártires, pues ella fue la primera testigo del sacrificio y la gloria del Señor.
Tras la homilía se hizo pública protestación de fe y pasaron los hermanos a renovar el juramento de las Reglas. Terminó la ceremonia con la Consagración a Cristo Rey, que tiene concedida indulgencia plenaria en este día, cerrándose el acto litúrgico con el canto de la Salve Regina e incensación de Nuestra Señora. Laus Deo.