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LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ

El 14 de septiembre, como es habitual, da comienzo el curso la Hermandad Universitaria, con la celebración de la Santa Misa, que estuvo presidida por el consiliario de la Hermandad, Ilmo. Sr. D, Fernando Cruz-Conde y Suárez de Tangil. Prestaron servicio de acólito Bernard Huamán Báez y Pablo Fernández Grande, seminaristas del Redemptoris Mater San Juan de Ávila.

El hermano mayor, Alberto Villar Movellán, hizo la monición de entrada, dando lectura al Himno de Laudes de este día y a la oración de Benedicto XVI. NH Miguel Rodríguez-Pantoja Márquez, vocal consiliario primero, hizo la lectura y salmo. D. Fernando Cruz-Conde comenzó la homilía advirtiendo la similitud entre el árbol del Paraíso y el árbol de la Cruz; el uno ligado al pecado, el otro a la salvación. Recordó el sentido de esta fiesta, que rememora la recuperación de la reliquia de la Santa Cruz por el emperador Heraclio, de manos del persa Cosroes. Finalmente apuntó, como colofón de la celebración, que sería bueno que la Hermandad Universitaria tuviera presente la figura de Nicodemo, un varón justo que va a visitar a Jesús, un intelectual en busca de la verdad; y el Señor le propone que el Hijo del Hombre debe ser elevado para la salvación de muchos, como Moisés elevó la serpiente en el desierto. En la cruz está la salvación.

Asistió un grupo numeroso de hermanos, que cumplieron rigurosamente las normas establecidas para evitar la propagación del coronavirus: ablución de manos, distancia en los asientos y uso de mascarilla. Precisamente por este motivo no se celebró este año la inauguración de curso en la intimidad de la capilla. No obstante, el Señor y Nuestra Señora presidieron desde sus altares esta acción de gracias que la Hermandad les dedica, suplicando su intercesión y misericordia en este momento de la pandemia, tremendamente difícil para todos. AMDG.

HACIA EL NUEVO CURSO

Septiembre es mes de excelencias marianas, en torno a la Natividad de Nuestra Señora y los Dolores de la Santísima Virgen. Con las dificultades propias de las restricciones que impone la pandemia de coronavirus, va comenzando el curso en las hermandades, que tiene su preámbulo en las celebraciones dedicadas a Nuestra Señora de la Fuensanta, Compatrona de Córdoba y Patrona de las Hermandades y Cofradías. Este año se han suspendido las procesiones, pero se han celebrado sus cultos con la solemnidad requerida. En las vísperas, el lunes 7 de septiembre, tuvo lugar el pontifical presidido por D. Demetrio Fernández González, obispo de la Diócesis, que dedicaron a Nuestra Señora las Hermandades y Cofradías de Córdoba, con asistencia de los miembros de la Agrupación y de las Hermandades, representadas por sus hermanos mayores, así como de numerosas instituciones civiles y militares. Nuestra hermandad estuvo representada por el hermano mayor, Alberto Villar.

Igualmente asistió el hermano mayor a la Función de Regla que dedicó a su titular la hermandad de Nuestra Señora de Villaviciosa, que tuvo lugar en su sede canónica, la parroquia de San Lorenzo Mártir, el día de su fiesta, 8 de septiembre de 2020, a las 20:00 horas. Presidió la ceremonia el párroco, D. Rafael Rabasco Ferreira, estando encabezada la mesa de oficiales por el hermano mayor, Martín Pedregosa. Al término de la Santa Misa, los capataces y costaleros, por voz de Antonio Joaquín Santiago Moreno, hicieron la ofrenda de una azucena de oro, que D. Rafael bendijo e impuso en la mano derecha de Nuestra Señora de Villaviciosa.

LA OBRA DEL ORATORIO

Tras solicitar el 9 de julio el preceptivo permiso del Obispado para la adquisición del local de calle Montero 22 duplicado, fue otorgado el mismo por la Comisión Diocesana el 21 de julio y firmado por el vicario general con fecha 23 de julio. Seguidamente procedió el hermano mayor a la gestión del préstamo con el Banco Sabadell, que se formalizó el 12 de agosto en la notaría de D. Rafael Díaz-Vieito Piélagos, actuando en nombre del banco D. Santiago Góngora Álvarez y por parte de la hermandad, N. H. Alberto Villar Movellán.

El viernes 14 de agosto de 2020, víspera de la Asunción de Nuestra Señora, tuvo lugar en el mismo oficio notarial la firma de la escritura de compraventa, actuando el propietario de la finca, el platero Rafael M. Rodríguez, y la Hermandad Universitaria, representada por su hermano mayor, Alberto Villar. Asistió como testigo N. H. Daniel Luque Ramírez, diputado mayor de gobierno.

Entretanto, a lo largo del mes adelantó la Junta de Gobierno la contratación de la puerta seccional que cerrará el futuro almacén de los pasos, previa solicitud de tres presupuestos a empresas especializadas. Se hicieron igualmente gestiones para recabar presupuestos de la obra de reforma, dividiendo en fases el proyecto aprobado por el Cabildo General el pasado 8 de julio. La primera fase consistirá en la reconstrucción del tabique de obra perimetral, para convertirlo en muro sólido, capaz de recibir las acometidas de agua y luz, así como la puerta del almacén. Esta fase incluye también la construcción de los aseos.

Solicitados presupuestos a siete empresas, se presentaron cuatro. El jueves 3 de septiembre se reunió la Junta de Gobierno para deliberar sobre las ofertas presentadas, optando por la más conveniente y asequible a las previsiones económicas de la hermandad. Finalmente, el sábado 5 de septiembre se formalizó el correspondiente contrato de reforma, firmado por el jefe de obra Antonio Barrón y el hermano mayor Alberto Villar, en presencia de N. H. Daniel Luque. Deo gratias.

UN LUGAR PARA EL SEÑOR

Dice el Señor: “Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18, 20). Es evidente que una hermandad está donde residen sus Titulares, pero no es menos cierto que necesita un lugar donde los hermanos puedan reunirse para la oración, para los cabildos, para la convivencia o para la custodia y mantenimiento de los enseres de culto. Donde hay dos o tres hermanos reunidos para cualquiera de estas funciones, allí está el Señor en medio de ellos. Por eso ese local, esa casa que la hermandad construye para que se reúnan los hermanos es un lugar donde está el Señor, en realidad, un lugar para el Señor.

Desde que la hermandad perdió la casa cedida por la parroquia del Sagrario, en la calle Samuel de los Santos, en aquel amargo día de Fátima de 2017, tuvo claro que era imprescindible encontrar un lugar propio, aun siendo humilde, de donde no pudieran echarla. Este fue el propósito expresado por el hermano mayor electo, Alberto Villar, el 2 de diciembre de 2018, que se convirtió en proyecto firme desde la toma de posesión de la Junta de Gobierno, el 28 de enero de 2019. A partir de entonces se sucedieron las visitas a diferentes inmuebles, se barajaron las posibilidades en Junta de Gobierno.

Finalmente, terminado el aislamiento forzoso por causa de la epidemia de coronavirus, N. H. Daniel Luque advirtió de la existencia de un local en la calle Montero, 22, cuya venta había conocido providencialmente mediante un pasquín que lo anunciaba en la esquina de la casa rectoral del Juramento.

Se trataba de un local en planta baja de un edificio residencial de cinco viviendas, con entrada por la calle Cristo de los Velasco, una de las cuales ocupa la planta alta situada sobre el local. Es una esquina privilegiada del paisaje urbano, centro focal en la contemplación de los campanarios de San Lorenzo y San Agustín. Realizada visita por la Junta de Gobierno, pareció apropiado a las necesidades de la hermandad y a sus posibilidades.

Seguidamente citó el hermano mayor a Cabildo extraordinario para tratar el asunto, el 8 de julio de 2020, a las 20:30, en la sacristía del Juramento de San Rafael. Un puñado de hermanos en una tarde calurosa escuchó la presentación que hizo el ponente, quien les explicó, una vez rezadas las preces, las necesidades perentorias de nuestra corporación de tener un lugar propio y digno para desarrollar sus actividades. A continuación, expuso, sobre las imágenes proyectadas en la pantalla, las características del inmueble y el anteproyecto de lo que podría constituir su distribución en el futuro, a medida que se acopiaran fondos para la reforma.

Esencialmente el proyecto contiene, en las proporciones reducidas que permite la planta, todo lo necesario para la hermandad, algo así, salvando las distancias, como ideó San Pedro de Alcántara en el Conventito de El Palancar, en Pedroso de Acim. Por la derecha, donde hoy tiene el local la puerta, se entraría a un vestíbulo, que comunicará con el oratorio, dedicado a nuestro Titular Santo Tomás de Aquino, el cual se cierra, mediante un tabique plegable, para separar el presbiterio del resto de la estancia, que servirá también como sala de oficiales y de formación. A la izquierda de la sala se abre una puerta que da paso al cenáculo, un pequeño espacio de convivencia con barra y servicios. Comunica éste con el almacén de los pasos, que ocupa toda la esquina del local, entre las calles Montero y Velasco. En el rincón de la derecha, al fondo, se sitúa la escalera, que baja a la planta de sótano, donde está previsto que se custodie el archivo y la ropería, así como todo el ajuar de la hermandad que dio servicio en la casa de Samuel de los Santos.

Presentó el hermano mayor los planos y su transcripción en 3D y, seguidamente, las propuestas para la financiación del proyecto. El local está valorado en 60.000€, que aportará mediante la fórmula de préstamo personal, el Banco Sabadell. La amortización de este préstamo se hará sin aumento de cuotas, sino por medio de suscripciones voluntarias entre hermanos, benefactores y devotos del Santo Cristo de la Universidad. Igualmente propuso ideas sobre determinadas acciones puntuales que deberán llevarse a cabo en fechas concretas para reunir fondos, e insistió en la importancia de la difusión de este proyecto entre los conocidos y seguidores de las redes sociales, porque muchos pocos hacen mucho. Tras el turno de debate, se pasó el asunto a votación, siendo la aprobación por unanimidad. Se cerró la sesión con las preces dirigidas por el hermano mayor. Laus Deo.