Dice el Señor: “Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18, 20). Es evidente que una hermandad está donde residen sus Titulares, pero no es menos cierto que necesita un lugar donde los hermanos puedan reunirse para la oración, para los cabildos, para la convivencia o para la custodia y mantenimiento de los enseres de culto. Donde hay dos o tres hermanos reunidos para cualquiera de estas funciones, allí está el Señor en medio de ellos. Por eso ese local, esa casa que la hermandad construye para que se reúnan los hermanos es un lugar donde está el Señor, en realidad, un lugar para el Señor.
Desde que la hermandad perdió la casa cedida por la parroquia del Sagrario, en la calle Samuel de los Santos, en aquel amargo día de Fátima de 2017, tuvo claro que era imprescindible encontrar un lugar propio, aun siendo humilde, de donde no pudieran echarla. Este fue el propósito expresado por el hermano mayor electo, Alberto Villar, el 2 de diciembre de 2018, que se convirtió en proyecto firme desde la toma de posesión de la Junta de Gobierno, el 28 de enero de 2019. A partir de entonces se sucedieron las visitas a diferentes inmuebles, se barajaron las posibilidades en Junta de Gobierno.
Finalmente, terminado el aislamiento forzoso por causa de la epidemia de coronavirus, N. H. Daniel Luque advirtió de la existencia de un local en la calle Montero, 22, cuya venta había conocido providencialmente mediante un pasquín que lo anunciaba en la esquina de la casa rectoral del Juramento.
Se trataba de un local en planta baja de un edificio residencial de cinco viviendas, con entrada por la calle Cristo de los Velasco, una de las cuales ocupa la planta alta situada sobre el local. Es una esquina privilegiada del paisaje urbano, centro focal en la contemplación de los campanarios de San Lorenzo y San Agustín. Realizada visita por la Junta de Gobierno, pareció apropiado a las necesidades de la hermandad y a sus posibilidades.
Seguidamente citó el hermano mayor a Cabildo extraordinario para tratar el asunto, el 8 de julio de 2020, a las 20:30, en la sacristía del Juramento de San Rafael. Un puñado de hermanos en una tarde calurosa escuchó la presentación que hizo el ponente, quien les explicó, una vez rezadas las preces, las necesidades perentorias de nuestra corporación de tener un lugar propio y digno para desarrollar sus actividades. A continuación, expuso, sobre las imágenes proyectadas en la pantalla, las características del inmueble y el anteproyecto de lo que podría constituir su distribución en el futuro, a medida que se acopiaran fondos para la reforma.
Esencialmente el proyecto contiene, en las proporciones reducidas que permite la planta, todo lo necesario para la hermandad, algo así, salvando las distancias, como ideó San Pedro de Alcántara en el Conventito de El Palancar, en Pedroso de Acim. Por la derecha, donde hoy tiene el local la puerta, se entraría a un vestíbulo, que comunicará con el oratorio, dedicado a nuestro Titular Santo Tomás de Aquino, el cual se cierra, mediante un tabique plegable, para separar el presbiterio del resto de la estancia, que servirá también como sala de oficiales y de formación. A la izquierda de la sala se abre una puerta que da paso al cenáculo, un pequeño espacio de convivencia con barra y servicios. Comunica éste con el almacén de los pasos, que ocupa toda la esquina del local, entre las calles Montero y Velasco. En el rincón de la derecha, al fondo, se sitúa la escalera, que baja a la planta de sótano, donde está previsto que se custodie el archivo y la ropería, así como todo el ajuar de la hermandad que dio servicio en la casa de Samuel de los Santos.
Presentó el hermano mayor los planos y su transcripción en 3D y, seguidamente, las propuestas para la financiación del proyecto. El local está valorado en 60.000€, que aportará mediante la fórmula de préstamo personal, el Banco Sabadell. La amortización de este préstamo se hará sin aumento de cuotas, sino por medio de suscripciones voluntarias entre hermanos, benefactores y devotos del Santo Cristo de la Universidad. Igualmente propuso ideas sobre determinadas acciones puntuales que deberán llevarse a cabo en fechas concretas para reunir fondos, e insistió en la importancia de la difusión de este proyecto entre los conocidos y seguidores de las redes sociales, porque muchos pocos hacen mucho. Tras el turno de debate, se pasó el asunto a votación, siendo la aprobación por unanimidad. Se cerró la sesión con las preces dirigidas por el hermano mayor. Laus Deo.