EUCARISTÍA DE COMIENZO DE CURSO
Comienza el curso en el vigesimoquinto aniversario de la Hermandad Universitaria. Viene marcado, como todos los años por la fecha del 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, que conmemora la restitución a Jerusalén de la reliquia de la Vera Cruz por el emperador bizantino Heraclio en 628. El emperador persa Cosroes II la había arrebatado como botín en 614.
Numerosos hermanos se dieron cita para asistir a la Santa Misa que inicia el nuevo curso. Entre los invitados, el presidente del Foro Universitario Synthĕsis, Luis López Bellido y Señora. Presidió la celebración el M. I. S. D. Fernando Cruz-Conde y Suárez de Tangil, Arcediano del Cabildo de la S. I. C. y Rector de la Iglesia del Juramento de San Rafael. Actuó como acólito N. H. Juan Carlos Jiménez Díaz. Hizo la monición de entrada N. H. Alberto Villar Movellán, que glosó brevemente el sentido de la fiesta y leyó los cantos de Laudes y Vísperas. Las lecturas corrieron a cargo de N. H. Mayor, Miguel Rodríguez-Pantoja Márquez.
Destacó D. Fernando en la homilía la necesaria humildad que ha de presidir en nuestros actos, de lo que es buen ejemplo la actitud que hubo de tomar el todopoderoso emperador Heraclio: despojarse de todas sus galas imperiales para poder entrar con la Vera Cruz en Jerusalén. La cruz es, desde la victoria de Constantino, signo de gloria para los cristianos, pero antes lo fue de oprobio y vergüenza, por ser el castigo más despreciable. San Pablo nos recuerda a Cristo condenado a muerte, y muerte de cruz. Por eso la pidieron los judíos para condenar al que acusaban de blasfemo, por hacerse Hijo de Dios. Por eso la niegan los musulmanes, que no admiten muerte tan cruel para un profeta tan grande como Jesús. La cruz, signo de contradicción y escándalo para propios y extraños. Bien lo refleja el Cristo de la Universidad, aún menos sangrante de lo que fue la realidad. Jesús anuncia a sus discípulos el martirio que le espera sólo después de la Transfiguración, una vez que han presenciado su poder. Sin embargo, el primer anuncio se lo hace a Nicodemo, un hombre culto, un intelectual que conoce la Ley y los profetas, un seguidor que no se escandalizará, que lo acompañará hasta el sepulcro, porque conoce la profundidad del misterio.
Terminó la celebración en la capilla sacramental, adonde se dirigieron los hermanos para cantar la Salve Regina ante Nuestra Señora de la Presentación, mientras la venerada imagen era incensada por el celebrante.
Por la tarde, atendiendo a la invitación de la Hermandad de Villaviciosa, asistió una representación de la Universitaria a la procesión de gloria de Nuestra Señora de Villaviciosa, Patrona del Colegio Oficial de Enfermería. Esta Hermandad reside en la parroquia de San Lorenzo, collación en la que se eleva la iglesia del Juramento de San Rafael.