SOLEMNE EUCARISTÍA DE FIN DEL CURSO 2012-2013
Como todos los años, en la solemnidad de San Pedro y San Pablo, la Hermandad Universitaria ha celebrado la Eucaristía en acción de gracias por los beneficios recibidos durante el curso que termina. Presidió la celebración el R. P. D. Miguel Enrique de Castro Pastor, Director del Secretariado Diocesano de Pastoral Universitaria, sirviendo de acólito N. H. José Ignacio Martínez Morente. Hizo las lecturas el Hermano Mayor, Miguel Rodríguez-Pantoja Márquez.
Comenzó la Santa Misa a las 11:00, con asistencia de numerosos hermanos. El P. Castro pronunció una brillante homilía en la que glosó las figuras de los apóstoles Pedro y Pablo, destacando su misión, a la que nosotros hemos sido igualmente llamados: “Y, por último, una misión. Una misión, hermanos, que es como la de San Pedro y San Pablo; una misión que no se funda en nuestra fortaleza humana, no se funda en el orden de este mundo, no se funda en nuestra astucia, en nuestras relaciones, en la política; se funda simplemente en Aquél que nos ha dado esta misión. La Hermandad tiene una misión, los hermanos tienen una misión. Este año cada uno en la Hermandad ha intentado en lo posible, con la gracia de Dios y sus débiles fuerzas, cumplir la misión que nos pide el Señor. Y hoy, este último día del curso, es un día para dar gracias a Dios; no pedimos a Dios que nos pague evidentemente, no pedimos a Dios favores que agranden nuestras devociones; venimos a Dios para darle gracias por haber podido servirle, aunque sea un poquito, aunque sea una noche, aunque sea asistiendo a algún culto, aunque sea, hermanos, llevando a Cristo a la calle. Le damos gracias por haber podido ser sus servidores y por habernos dado la gracia y la luz de poder hacerlo. Gracias, Señor; esa es también, hermanos, la palabra que constantemente aparece en el Apóstol San Pablo y en San Pedro. Gracias al Señor; gracias al Señor que ha hecho posible estos dones…”
Ellos trabajaron en una Iglesia perseguida, naciente, y no pudieron ver los frutos de su misión. “También nosotros, en el ejercicio de nuestra misión en Cristo durante este año, no hemos visto, no podemos ver los frutos de los beneficios que podemos causar en otras personas, que pueden presenciar nuestras buenas acciones; pero posiblemente muchos de los que vieron a Nuestro Señor y a Nuestra Señora el Jueves de Pasión por las calles, muchos mirarían al Cristo y se preguntarían: Qué estoy haciendo con mi vida; por qué no buscamos más a Cristo; me acuerdo de la Virgen, que mi madre me hablaba de pequeño; tal vez tenga que ir más a misa; tal vez tenga que confesarme… Una misión que ninguno conocemos, pero que el Señor hace posible gracias a la colaboración de nosotros, cumpliendo cada uno como comunidad, como hermandad, lo que el Señor nos ha asignado. Hermanos, el curso termina, pero pronto comienza otro nuevo curso. La misión no termina para el cristiano.” Ni San Pedro ni San Pablo renunciaron nunca a su misión; siguieron adelante, a pesar de las enormes dificultades y sufrimientos de su misión, hasta verter la última gota de su sangre.”Por eso, hermanos, estamos llamados cada uno de nosotros también, y como Hermandad, a llevar a cabo nuestra misión, a pesar de las dificultades y sufrimientos, y tal vez, hermanos -si somos de verdad espirituales y leemos el Evangelio con pasión-, dando gracias a Dios porque nuestra misión se realiza en medio de dificultades y sufrimientos, igual que la de San Pedro y San Pablo, igual que la del mismo Jesucristo…”
En la Oración de los Fieles el celebrante pidió por los nuevos sacerdotes que se estaban ordenando en la Catedral en ese momento. La celebración estuvo acompañada por la música del órgano de San Rafael, interpretada por Rafael Sabariego, con las siguientes piezas: Entrada, François Couperin (1668-1733), Kyrie de la Messe propre pour les convents de religieus et religieuses (1690); Ofertorio, Johann Sebastian Bach (1685-1750), Preludio de la Coral BWV 731, Liebster Jesu, wir sind hier (hacia 1717); Comunión, John Stanley (1712-1786), Voluntary VI, de los Ten Voluntaries for the Organ or Harpsichord Op. V (1748); y Salida, Louis Marchand (1669-1732), Dialogue du 5e ton (1696), del Livre III pour orgue.
Finalmente, los hermanos departieron un buen rato, charlando sobre próximos proyectos, como la incorporación a la Semana Santa y el colofón del presente curso: la peregrinación a los lugares natales de los doctores San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús y la visita a la exposición “Credo”, de Las Edades del Hombre, en Arévalo. Laus Deo.