FIESTA DE REGLA DEL SANTO CRISTO DE LA UNIVERSIDAD 2021

El Jueves de Corpus, 3 de junio de 2021, tuvo lugar la celebración de la Fiesta de Regla del Santo Cristo de la Universidad. Pasadas las limitaciones más rigurosas de la pandemia, pero todavía con las precauciones debidas, se volvió a montar el altar de cultos, presidido por nuestro venerado Titular, alumbrado por los cuatro hachones del paso, con el calvario antiguo, que ahora tiene habitualmente en la capilla, y un sencillo centro de siempreviva morada.

Ofició la ceremonia el consiliario, Ilmo. Sr. D. Fernando Cruz-Conde y Suárez de Tangil, que celebró la Misa Votiva de la Santísima Eucaristía, sirviendo como acólitos NN HH Daniel Luque Ramírez y José Cabrera Torres. El acompañamiento musical corrió a cargo del cuarteto compuesto por Concepción Martos, soprano, Cristina Serrano, contralto, Juan Gay, tenor, y Esteban Serrano, bajo, todos dirigidos por Emilio Arroyo, que interpretó también al teclado. Tras la entrada con el Cantate Domino de Giuseppe Ottavio Pitoni, interpretó el coro la Misa Pane di vita nuova de Marco Frisina, así como el Ave Verum, de Emilio Arroyo, y, en la acción de gracias, el coral para cuatro voces A Cristo Crucificado, de este mismo autor, que se estrenó en esta ocasión, puesto que está dedicado al Santo Cristo de la Universidad.

Hizo la Lectura N H Miguel Rodríguez-Pantoja. En la homilía hizo D. Fernando una exégesis de la Fiesta del Corpus Christi, cuyo origen está en las visiones de Santa Juliana de Cornillon en Lieja, siendo instituida por el papa Urbano IV en 1264, tras el milagro eucarístico de Bolsena, el año anterior. El Oficio y la Misa propia fueron preparados por Santo Tomás de Aquino e incluyen los himnos más conocidos, como Pange Lingua, Panis angelicus Adoro te devote y otros. Es una fiesta instituida contra los que negaban la real presencia de Cristo en la Eucaristía, para reafirmar que se encuentra en ella en plenitud, Cuerpo y Sangre de Cristo, Dios y Hombre verdadero. En el siglo XX, el teólogo Karl Rahner decía que si no se produce la transubstanciación en la Eucaristía es que Dios no podía actuar sobre nosotros. En el pan y el vino está Cristo verdaderamente en todo su ser, con el Espíritu, cuya esencia permanece en nosotros, una vez desaparecidas las especies. Así es como Dios interviene en nuestras vidas para cambiarnos, interviene en la historia para cambiarla.

Otra reflexión hizo comparando la imagen del Santo Cristo de la Universidad con la Eucaristía, puesto que es Cuerpo entregado y Sangre derramada. La Eucaristía es el sacrificio de Cristo en la cruz, por eso decimos: anunciamos tu muerte y proclamamos tu resurrección. El Señor anticipa su entrega en la Última Cena, de modo que entendamos que Él, libre y voluntariamente, entrega su Cuerpo y su Sangre. No son sus verdugos, los dirigentes judíos ni los romanos quienes lo entregan, sino que se entrega Él a su propio sacrificio, de modo que él es sacerdote, víctima y altar.

Pero cabe preguntarse ¿era necesaria tanta crueldad? Aunque se le suele representar dulcificado, la Sábana Santa y esta imagen del Santo Cristo nos muestran que fue de una crueldad inusitada. Hay en el Libro de Job un dialogo entre Dios y Satanás, en el que éste le tienta diciendo que, si le quita las riquezas, le negará. Dios le permite la prueba y pierde así a toda su familia, luego las riquezas, y sigue fiel. Finalmente, Dios le permite que le hiera, pero sin quitarle la vida. En el caso de Cristo, le quita incluso la vida. El Demonio no tiene cuerpo y, por tanto, tampoco tiene tiempo. El hombre, tiene cuerpo y está sometido al cambio mediante el tiempo. Era necesario demostrar que el hombre puede elegir a Dios frente a Satanás, aunque le arrebaten la vida. No hubo mayor mal en la historia que la muerte de Cristo; sin embargo, Dios lo resucitó. A veces Dios permite el mal entre los hombres, pero al final, salvará a sus fieles.

Pero la salvación -continuó como tercera reflexión- es libre, podemos escogerla o rechazarla, y esto es lo que vamos a cantar en los versos del Soneto a Cristo Crucificado. En efecto, el cristiano no se mueve por la recompensa, como si fuera un mercenario, ni por el miedo al castigo, como los esclavos. El Señor nos quiere hijos, que se mueven por el amor, hasta el punto de dar la vida por la salvación de los hombres. El amor de Dios llega a la entrega de su Hijo y la respuesta sólo puede ser de amor; por eso dicen los versos: me mueven tus afrentas y tu muerte. Cantemos ese himno y pensemos cuál es nuestra respuesta ante la Eucaristía, cuál es nuestra respuesta ante este Crucificado que lo ha dado todo. Participar en la Eucaristía es entregarse por los demás con Cristo. Pidamos con fe para que el Señor nos ayude a comprender este profundo misterio.

Terminada la homilía, se hizo la pública Protestación de Fe, que dirigió N H Miguel Rodríguez-Pantoja, y, a continuación, el hermano mayor impuso la medalla de la Hermandad a N H Cristina Alcántara. Tras la Comunión sonó por primera vez el coral A Cristo Crucificado y, después de la Bendición, se entonó como final la Salve Regina, en honor de Nuestra Señora de la Presentación.

Terminada la Eucaristía, Emilio Arroyo hizo entrega al hermano mayor de la partitura dedicada del coral recién estrenado, correspondiendo Alberto Villar, en nombre de la Hermandad, con un cuadro con foto del Santo Cristo, en agradecimiento por la donación de la hermosa composición musical y en recuerdo de este día.

El hermano mayor agradeció personalmente la asistencia a los representantes de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, y de las hermandades del Prendimiento y San Rafael, posando finalmente los asistentes, para dejar constancia fotográfica de esta fiesta tan especial en honor del Santo Cristo de la Universidad.

  • Durante los dos días siguientes, en los que el Santo Cristo permaneció en el altar de cultos, se le dedicaron las misas de las 11:00. El viernes, presidida por D. Fernando Cruz-Conde, se celebró la Santa Misa de la Preciosísima Sangre de Cristo. El sábado, aunque regía la memoria obligatoria de San Bonifacio, el celebrante, Ilmo. Sr. D. Domingo Moreno Ramírez, hizo mención igualmente de María al pie de la cruz, que de ordinario cierra el triduo cuando la liturgia lo permite. D. Domingo explicó en la homilía el papel de Nuestra Señora, que veneramos con el título de Presentación, en su relación con Dios y su ofrecimiento al Padre en todo momento, hasta acabar su misión al pie de la cruz. Al término de ambas Eucaristías el hermano mayor dio lectura al Soneto a Cristo Crucificado.

 

 

hermandad

Hermandad del Santo Cristo de la Universidad, Nuestra Señora de la Presentación y Santo Tomás de Aquino, fundada en 1989 en la ciudad y diócesis de Córdoba, España. Reside actualmente en la iglesia del Juramento de San Rafael. Hace estación a la Catedral el Martes Santo.

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