Había pronóstico de lluvia el Martes Santo 12 de abril de 2022. Era un mal augurio después de dos años sin poder hacer estación de penitencia por causa de la pandemia, pero la Hermandad Universitaria aceptó ejemplarmente la voluntad del Señor. La lluvia llegó ya por la mañana.

Se abrió la iglesia a las 10:30 y al poco recibieron el hermano mayor y los miembros de la Junta de Gobierno la visita del alcalde de Córdoba, D. José María Bellido, acompañado de delegados y concejales del Grupo Popular. Les explicó NH Alberto Villar las características de nuestros Titulares. Durante toda la mañana hubo un continuo discurrir de fieles para venerar a nuestras imágenes, con la esperanza de verlas en la calle. A última hora de la mañana rindió visita la Agrupación de Cofradías, con su presidenta al frente, Olga Caballero, acompañada de los miembros de su Junta de Gobierno encargados de Penitencia y del jefe de día, Bonifacio Gómez.

Cerrada la iglesia a las 13:30, los hermanos comenzaron a llegar a las 14:00, tal como estaban convocados. El hermano mayor recibió al presidente del Consejo Social de la UCO, D. Francisco Muñoz Usano, que se unió a nuestra celebración. En esta hora tuvieron ocasión los hermanos de acercarse al sacramento de la Penitencia, hasta las 15:30, en que se celebró la Santa Misa, presidida por nuestro consiliario, D. Fernando Cruz-Conde, y concelebrada por NH el padre Antonio Schlatter Navarro. Prestó servicio de acólito Emilio Madrid Rodríguez. D. Fernando destacó en la homilía el sentido penitencial de esta hermandad, que trata de ahondar en las raíces de la práctica que celebramos, mediante la reflexión austera acerca de los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

Terminada la Eucaristía, fueron incorporándose las restantes autoridades académicas, D. Lorenzo Salas Morera, Vicerrector de Universidad Digital y Planificación Estratégica, y D. Juan Antonio Caballero Molina, del Consejo asesor de la Cátedra de Flamencología, que fueron recibidas por el hermano mayor y miembros de la Junta. La vicehermana mayor, Amalia Hidalgo, madrina de la Tuna de Derecho, recibió a los componentes de la misma que iban a acompañar a nuestros Titulares; fueron cumplimentados igualmente por el hermano mayor, lo mismo que los seminaristas del Redemptoris Mater, que llegaron para prestar servicio de acólitos en la procesión. Seguidamente, el hermano mayor y la secretaria, NH Ana Luján, repartieron los diplomas de ingreso a los becarios y hermanos que no los habían recogido anteriormente.

Se reunió la Junta de Gobierno en Cabildo de Aguas, asesorada por NH Rafael Garzón. Seguidamente el hermano mayor salió a dar el parte del acuerdo, según el cual los hermanos se revestirían la túnica ordenadamente y se acogerían al retraso de media hora decretado por la Agrupación. Aunque momentáneamente lucía el sol, el peligro de chubascos persistía. Por este motivo, reunida de nuevo la Junta al cabo de la media hora, se decidió suspender la estación de penitencia, comunicándolo debidamente a la Agrupación. De nuevo salió el hermano mayor a dar la dolorosa noticia, acogiéndola los hermanos con extraordinaria entereza, dada la circunstancia meteorológica. Agradeció la asistencia de los hermanos y la colaboración de los que vestían por primera vez la túnica, animándolos a seguir fieles, con la certeza de que pronto llegará un nuevo Martes Santo. Agradeció igualmente la presencia de las autoridades académicas que nos acompañaban en esta especial estación.

Seguidamente el hermano mayor se reunió con la cuadrilla de costaleros del paso del Santo Cristo de la Universidad, bajo las órdenes de NH Enrique Garrido Montero, para elevar una plegaria y agradecerles su asistencia y servicio. Igualmente hizo con los costaleros de la Virgen, comandados por Raúl Poncelet Mazo.

Inmediatamente se procedió a preparar el rezo del Vía Crucis, permaneciendo los hermanos en sus lugares y marcando las estaciones una pequeña procesión formada por el diputado mayor de Gobierno, faroles de viático llevados por los tunos, cruz de guía y faroles y seis parejas de nazarenos integradas por los becarios y hermanos más modernos. Cerró el consiliario rezando el padrenuestro por las intenciones del Sumo Pontífice y terminó la celebración con el canto de la Salve Regina.

A continuación, pasaron los hermanos al vestidor para dejar las túnicas y se abrieron las puertas del Juramento para dejar paso a la veneración de los fieles, que formaron una prolongada cola hasta la calle Santa María de Gracia. En todo momento estuvo la Hermandad acompañada por el pueblo de Córdoba, cofrades y visitantes de otras poblaciones, que en número superior a 2.500 almas fueron pasando ordenadamente a lo largo de las tres horas que permaneció abierto el templo. Quedó así concluida la experiencia de una jornada memorable, vivida íntimamente. Laus Deo.