FUNCIÓN DE SANTO TOMÁS DE AQUINO
Se celebró la Función de Regla en honor de Santo Tomás de Aquino en la víspera de su fiesta, el sábado 27 de enero de 2024. El cuadro de nuestro titular se colocó, como en años anteriores, con el dosel blanco, cuatro candelabros de plata y dos ramos de flor blanca. Presidió la solemne ceremonia el Rvdo. P. D. Adolfo Ariza Ariza, capellán de la Facultad de Filosofía y Letras en el Secretariado Diocesano de Pastoral Universitaria. La mesa de oficiales la integraron el hermano mayor, Alberto Villar Movellán, y las vocales Mercedes Fernández Muriel y María Luisa Córdoba Sánchez. Asistieron como invitados el hermano mayor del Prendimiento, Francisco Javier Martínez Gómez y el de la Sangre, Manuel López Lorenzo, y en representación del rector de la Universidad de Córdoba, Israel Muñoz Gallarte, vicerrector de Estudiantes y Cultura.
Abrió el cortejo el secretario de la Hermandad, Eduardo Rodrigo Hidalgo Martínez, al que seguían como acólitos NN HH Juan Carlos Jiménez Díaz, turiferario, José Cabrera Torres, cruciferario, y Daniel Luque Ramírez y Alberto Aceña Alcántara, ceroferarios. Cerraba el celebrante, mientras sonaba el himno Gaudeamus igitur, interpretado al órgano por Emilio Arroyo Fernández, con las voces de Juan Manuel Ruiz, barítono, y Gonzalo Herreros y Jorge Cuadra, tenores. El coro cantó la Missa brevis para Santo Tomás de Aquino, compuesta por Arroyo en 2023 y dedicada a la Hermandad Universitaria, así como el Pange lingua, himno eucarístico debido al mismo doctor Tomás de Aquino.
Las lecturas y el salmo corrieron a cargo de NN HH María Luisa Córdoba Sánchez y Cristina Alcántara Braña. La liturgia fue dirigida por D. Adolfo con extraordinaria solemnidad, brillando igualmente en la homilía. Destacó la excepcionalidad de Aquino como verdadera lumbrera de la Ciencia, de la Filosofía y de la Teología, pero todas ellas orientadas a la búsqueda de Dios, a la experiencia de Dios.
Sobresale en él una extraordinaria capacidad de escucha, el dejarse iluminar por el Evangelio y ello le conduce a un conocimiento vital de Dios. Esa palabra no es solo oída, sino que requiere un compromiso de acción, que revele el verdadero encuentro con el Señor. En el Evangelio aparece Jesús en Cafarnaúm hablando con autoridad. Esta es una palabra hoy maldita, pero necesaria para el progreso de la sociedad. Si no se ejerce, en la familia o en la enseñanza, los problemas crecen tanto en los hijos, como en los alumnos. No se trata del ejercicio de la fuerza, sino de que el que aprende capte, en el padre o en el docente, el sentido de la autenticidad de lo que enseña. La autoridad de la palabra es la que nos ayuda a encontrar la respuesta a nuestras preguntas. Por eso la palabra del Señor es vida, antes lo mismo que hoy, y nos ayuda a encontrar nuestro camino.
Señaló dos aspectos en Santo Tomás, que atañen al mundo actual e incluso a la vida interior de la Iglesia. El primero es la enseñanza de Santo Tomás sobre la virtud. En los últimos años se habla equivocadamente de la enseñanza en valores y con ello hemos desdibujado el sentido íntegro del Evangelio. Cuando uno se adentra en el pensamiento del Aquinate, descubre que la acción del Espíritu Santo no quiere ser en nosotros un principio al que seguir ciegamente; tampoco un sentimiento, que se enardece en determinadas épocas del año, no. Lo que aprendemos en Aquino es que el Espíritu actúa mediante la virtud y con ella crea un hábito que nos ayuda a situarnos en cualquier circunstancia de nuestra vida; nos ayuda en la honradez, en la justicia, en la caridad, es decir, en nuestra relación con Dios. Por eso sigue vigente el tomismo.
El segundo aspecto es la distinción de Santo Tomás entre la curiositas y la studiositas. La primera se refiere al picoteo científico del conocimiento; la segunda a la profundidad de la investigación sobre el objeto de nuestro interés. En la fe sucede lo mismo: podemos tener una vida de fe de simple curiositas, de picoteo, de simple emoción o sentimiento que aflora en determinadas circunstancias, una acomodación de la fe a lo que a mi me gusta, casi convertir al Señor en una especie de objeto de consumo. Sin embargo, en Santo Tomás tenemos ese estudio profundo de la palabra, ese conocimiento que interpela a mi voluntad y a mi corazón. Terminó pidiendo a Santo Tomás que nos ayude a encontrar el camino de la studiositas, para permitir que el Señor llegue más ampliamente a nuestro corazón.
A continuación, hizo el secretario, en nombre de la Hermandad, pública Protestación de Fe, y el hermano mayor tomó el juramento de Reglas a los hermanos Carmen Clérico León y Alberto Aceña Alcántara. Finalizó la ceremonia con el canto solemne de la Salve Regina, ante la imagen de Nuestra Señora de la Presentación. Laus Deo.