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FIESTA DE LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ 2019

En este día, 14 de septiembre, celebra cada año la Hermandad Universitaria la inauguración del curso. Este año tenía un sentido muy especial por dos circunstancias: la primera, por caer en sábado, lo que obligaba a celebrarla por la mañana para mantener la fiesta litúrgica, ya que la tarde corresponde a la víspera dominical; la segunda, porque se hace, por primera vez, ante el paso preparado del Santo Cristo de la Universidad, que por la tarde iría en procesión a la Catedral.

Presidió la Santa Misa nuestro consiliario Ilmo. Sr. D. Fernando Cruz-Conde, asistido por N. H. José Cabrera como acólito. Emilio Arroyo interpretó al órgano Pilat varias piezas de Marco Frisina, entre ellas Chi si separerà, Anima Christi y Vidi la Nuova Gerusalemme. Asistió la Junta de Gobierno, encabezada por el Hermano Mayor, Alberto Villar Movellán, así como el catedrático D. Luis López Bellido, presidente del Foro Universitario Synthesis, y señora. La iglesia se vio prácticamente llena, gracias al número de hermanos, feligreses y visitantes de los pasos, que se quedaron a la celebración.

Don Fernando explicó los textos refiriendo el sentido de la serpiente de bronce como prefiguración del Crucificado, tan bien representado por el Santo Cristo de la Universidad. El propio Jesús se lo manifiesta a Nicodemo, sanedrita ilustre que va a visitarlo de noche por temor al qué dirán; y, sin embargo, Cristo lo recibe y le predice que tiene que ser elevado, como la serpiente, para que todo el que le mire se salve. Nicodemo defenderá a Jesús en el proceso y perderá el reparo cuando lo vea elevado en el madero. Entonces traerá gran cantidad de mirra y áloe, para que Cristo sea amortajado como un rey. Terminada la Eucaristía, el Hermano Mayor dio entrada en la Hermandad a los becarios Rafael Palacios y Elena Camacho.

Durante toda la mañana circuló gran número de personas que venían a visitar al Señor. Entre ellas se acercaron el director del Museo de la Pasión de Cabra, D. Salvador Guzmán Moral, acompañado de su hijo, y el presidente del Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla, D. Francisco Vélez de Luna, acompañado por su vicepresidente, el profesor D. José Roda Peña, y otros miembros de la Junta, que fueron recibidos por el Hermano Mayor.

La jornada se presentó angustiosamente lluviosa. A las 13:30 la Agrupación convocó una suerte de Cabildo de Aguas en la sala capitular de la Catedral, para explicar el modo de actuar ante la inestable situación atmosférica. A las 16:30 se reunió la Junta de Gobierno de la Hermandad, para decidir sobre la procedencia de salir y, una vez consultados los partes climáticos más fiables, presentados por N. H. Rafael Garzón, se formó la procesión y se abrieron las puertas puntualmente, a las 17:00 h. Previamente se habían aparejado las insignias en la capilla de nuestros Titulares, que quedó presidida por Nuestra Señora de la Presentación y Santo Tomás de Aquino en el lugar del Santo Cristo.

 El sol lucía con potencia veraniega, a pesar de lo cual la procesión discurrió perfectamente compacta en todo momento. Los hermanos vestían traje oscuro y portaban hachetas. Abrían la procesión los acólitos con la cruz de guía con faldilla negra y los dos faroles, precedidos por dos estudiantes antiguos con viáticos y el fiscal de cruz. Tras las hachetas, bandera de peregrinación, con dos varas, y presidencia, Hermano Mayor y dos varas y D. Fernando Cruz-Conde con sotana y vara plateada. Cerraba la procesión el Santo Cristo de la Universidad sobre el calvario, con guardia de dos niñas estudiantes, llevado por el capataz, N. H. Enrique Garrido y su cuerpo de capataces y costaleros, auxiliados por enciendevelas y aguador.

El paso se adornó con el habitual laurel, signo de la victoria sobre la muerte, matizado de ramilletes de estatice morado o siempreviva, signo de eternidad, y en las esquinas, por vez primera, ramilletes de brezo púrpura, que significan admiración, belleza y soledad, valores todos que adornan a nuestro Crucificado. Discurrió el cortejo por lugares familiares de los primeros años de la hermandad, cuando hacía estación en Santa Victoria y en las primeras entradas en la Catedral, calles de la Judería, que fue el lugar de nuestra fundación. El capataz hizo arriar el paso en puntos cargados de recuerdos, como el convento de las Madres Mercedarias de la calle Blanco Belmonte, o el cruce de Deanes con Romero, que marca el camino a la cercana iglesia de San Pedro de Alcántara, sede fundacional, y a la Facultad de Filosofía y Letras, alma mater de la segunda etapa de nuestra corta historia.

Entró el Señor en carrera a la hora prevista, tras el Cristo de la Clemencia, y se hizo el silencio para permitir que la voz de Fermín Pérez recitara con enorme profundidad el soneto A Cristo Crucificado: “No me mueve, mi Dios, para quererte…” Avanzó por la calle Torrijos, hasta llegar a la Puerta del Perdón, donde hizo entrada en la Catedral y luego, atravesando el Patio de los Naranjos, ingresó en las naves por la puerta llamada de las Cofradías. La cuadrilla depositó el paso en su lugar, de acuerdo con las indicaciones de la organización, y los hermanos se despidieron hasta la procesión de vuelta del próximo domingo 22 de septiembre. Laus Deo.

hermandad

Hermandad del Santo Cristo de la Universidad, Nuestra Señora de la Presentación y Santo Tomás de Aquino, fundada en 1989 en la ciudad y diócesis de Córdoba, España. Reside actualmente en la iglesia del Juramento de San Rafael. Hace estación a la Catedral el Martes Santo.

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